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Queridos amigos y compañeros, Os agradezco que os hayáis reunido y por la solidaridad activa que me mostráis, a través de vuestra reunión, a mí y todos los compañeros que todavía hoy sufren la cárcel y el exilio? por haber combatido, en Italia, en los años setenta, por la transformación de su país. Es inútil ocultaros que la situación es difícil, y que las esperanzas que sólo hace un año se podían alimentar sobre una rápida solución política del problema que representamos los presos y exiliados políticos se han debilitado. El indulto y la amnistía que pedimos están bloqueados por mil obstáculos: cuando nos las vemos frente a la voluntad de venganza nos chocamos con la reticencia, el aplazamiento o las pocas ganas de actuar. Lo que podría comprenderse a la derecha del espectro político; se vuelve menos comprensible a la izquierda, desde donde hoy se ejerce, no obstante, el gobierno del país. Por esta razón la presión internacional sobre los gobernantes italianos, y la de los diversos partidos de los países europeos sobre sus colegas italianos, es la única fuerza en la que hoy podemos confiar para modificar las posiciones y acelerar una solución del problema. Se han tomado varias iniciativas en Estrasburgo y en Bruselas: de ellas esperamos mucho. Que vosotros, ciudadanos y militantes políticos españoles, participéis en esta campaña, nos parece muy importante. Pero hay otro tema sobre el que quisiera solicitar vuestra atención, además del de mi liberación y la de mis compañeros. Los años setenta italianos fueron años de grandes luchas. Una década singularísima, si se quiere? que nace de un 68 bastante pálido comparado con los demás 68 europeos pero que, en la década que termina en el 77, se convierte en un movimiento social de dimensiones imponentes. Por sus formas de luchas, de organización y por las nuevas agregaciones sociales que en él se presentaron, el movimiento italiano de los años setenta representó (como vino a reconocer Gilles Deleuze) la anticipación de toda forma de resistencia futura. Hoy, se sigue ejerciendo la represión contra este arquetipo de lucha futura, se quiere cancelar hasta de la memoria aquella extraordinaria experiencia. Creo que debemos resistirnos a esta operación. Hay dos maneras de hacerlo. La primera es muy banal: volver, con métodos históricos y testimonios reales, a aquél periodo, reconstruirlo, someter los comportamientos de todos los actores (pero sobre todo los del Estado italiano) al examen de un Tribunal de la Verdad. Hay compañeros y amigos que, en París, están organizando este trabajo y empiezan a encontrar un amplio apoyo a su iniciativa. Os rogaría que colaborarais en este proyecto. Pero hay una segunda manera de dirigirse a las luchas de los años setenta que, en Italia, prolongaron en el tiempo el 68 europeo. Consiste en releer e interpretar aquella historia a través del filtro de nuevas luchas, que asuman y renueven nuestro proyecto de entonces. żCuál era ese proyecto? Era el de renovar el proyecto comunista en la situación determinada por la liberación de nuevas fuerzas productivas sociales, la modificación de la composición del proletariado y la reconfiguración de las relaciones interimperialistas. Era el de reconocer a la autonomía de la inteligencia colectiva de los nuevos sujetos la capacidad de proponer nuevas formas de organización, así como de organización de la lucha, en las cuales asumiera un papel protagonista el deseo de lo común. Trabajar en la creación de estas luchas es construir, estoy seguro de ello, un Angelus Novus? que no sólo marcha hacia atrás mirando las catástrofes del pasado, sino que también dirige su mirada hacia adelante, prefigurando el porvenir de lo común. Os abrazo con gran afecto. Toni Negri --------------------------------------«-- Volver al Indice de "Free the 70´s" «-- Volver al Indice del Archivo de Documentos «-- Volver a la Página Principal del Centro Social |