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El fin del presente está cada vez más cerca. La tecnología permite crear muchos mundos posibles, pero las grandes corporaciones se apresuran por agotar cada opción. Mientras seducen a la población con ilusiones, subrepticiamente colonizan el futuro para eliminar toda alternativa de liberación. | El fin del presente está cada vez más cerca. La tecnología permite crear muchos mundos posibles, pero las grandes corporaciones se apresuran por agotar cada opción. Mientras seducen a la población con ilusiones, subrepticiamente colonizan el futuro para eliminar toda alternativa de liberación. |
Revisión del 17:24 13 ago 2019
R/Hack 2019
Euskaraz hemen dago: manifestua euskaraz
La traducción al catalán está aquí : manifiest en catalan
El fin del presente está cada vez más cerca. La tecnología permite crear muchos mundos posibles, pero las grandes corporaciones se apresuran por agotar cada opción. Mientras seducen a la población con ilusiones, subrepticiamente colonizan el futuro para eliminar toda alternativa de liberación.
Las mentes enfermas de la élite tecnológica sueñan con un mundo gobernado por sus algoritmos, diseñados para debilitar el lazo social y dividirnos por dentro hasta reducirnos en fragmentos usables en su maquinaria de control. Ese ha sido siempre el objetivo del Imperio del Hombre: agotar las posibilidades creativas de lo humano para dominarnos** y reducirnos a recursos de los que se extrae** valor. Los seres rotos son incapaces de moverse por sí mismos, por eso ni siquiera sienten sus cadenas.
El tecnocapitalismo culmina el perfeccionamiento de los sistemas de dominación. Si el capitalismo del consumo cautivó a las masas con espectáculos y la promesa de placeres banales, el informacional ha ido un paso más lejos. Conquistada la frontera digital, ahora el Capital controla los sistemas de información de los que depende nuestra capacidad para comunicarnos y hasta de pensar. La sociedad es tan adicta a sus nuevos amos que casi no puede imaginar el mundo fuera de su tutela.
El hacktivismo ha presentado batalla, pero las megamáquinas engrasadas con las inversiones del capitalismo financiero son cada vez más poderosas. La “revolución digital” ha sido reaccionaria, una élite psicópata* ha tomado el relevo de la anterior para domesticar la vida con más eficacia y matar la espontaneidad que hay en ella.
El drama del opresor es que no puede aplastar totalmente la vida que domina, por lo que siempre tendrá resistencia. Sin embargo, hoy están tratando de sustituir la vida por un sucedáneo maquinal, la (¿smartestupidez?¿Smartupidez?) estupidez programada que nos rodea y nos asedia en día a día, inoculando virus informacionales que nos convierten en zombis, incapaces de discernir entre mercado y vida, incapaces de sentir y actuar con libertad.
La vida que merece la pena* es una vida en rebeldía y en comunidad. Aún hay chispas de conciencia que permiten crear espacios de resistencia, territorios liberados de la influencia pervasiva del mercado. En ellos creamos comunidades autónomas en las que recuperamos nuestra capacidad de hacer política, nuestro sentido de ser y construir relaciones de solidaridad para luchar contra la muerte en vida del tecnocapitalismo.
Cada año, los hackmeeting abren brechas temporales que llenan de subversión tecnológica esos espacios liberados, hibridando a la comundiad hacker/hacktivista con las comunidades de resistencia que nos acogen. En esos espacios-tiempo de autonomía alimentamos los lazos de solidaridad, creamos redes de colaboración, gestamos nuevos proyectos y reforzamos las comunidades de resistencia ampliadas que traen luz a nuestras vidas. Por eso, siempre habrá otro hackmeeting!
Por eso, también, nos posicionamos por la defensa de los centros sociales okupados en riesgo de desalojo, como La Ingobernable y La Invisible que nos acogieron los dos útimos años. Podrán desalojar los edificios, pero las comunidades de resistencia que han crecido en ellos encontrarán mejores formas de cultivar la vida y enfrentar a los corruptos. Ellos tienen el poder, pero la vida y la inteligencia estarán siempre de nuestro lado. ++++
Este año, es Errekaleor Bizirik!*** quien nos acoge, un ejemplo más de la capacidad de resistir a las agresiones de la especulación financiera y el arribismo político sobre el territorio común. Otra comunidad local cuyo trabajo previo nos sirve de soporte para aportar una capa más a la resistencia contra el tecnocapitalismo, porque la soberanía tecnológica no es posible sin territorios liberados, ni estos pueden expandirse sin soberanía tecnológica.